En 1965, el cofundador de Intel, Gordon Moore afirmó que el número de transistores incorporados a un chip se duplicaría cada dos años. Su vaticinio se convirtió en la ley de Moore. La propia Intel, y desde luego otras compañías, con sus innovaciones constantes en la fabricación de semiconductores y en la ingeniería de procesos ha contribuido sobremanera a hacer verdad dicha ley. Actualmente, ya se fabrican chips del tamaño de una uña que pueden albergar 50.000 millones de transistores. Pero la ley de Moore avanza con retraso. Los últimos chips son de 3 nanómetros y la cadencia de la ley se acerca a los 3 años. Se habla de que en el 2025 se llegará a los 2 nm, pero quizá en ese punto la ley de Moore llegue a su fin. Y es que la física no da para más dado que estamos hablando de llegar a un sólo átomo. Por eso los diseñadores de chips buscan afanosamente formas alternativas de mantener los avances en capacidad de almacenamiento. Los progresos en Inteligencia Artificial y...
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