En estos tiempos, es crítico replantearnos
profundamente nuestra forma de operar, reimaginar cómo creamos, distribuimos
y captamos valor, no solo para sobrevivir y prosperar, sino también para
afrontar los retos transformadores de las próximas décadas.
No se trata solo del futuro, sino también de ayudarnos a hacer lo que podemos y debemos hacer, aquí y ahora.
En este contexto, hay tres cosas en las
que todos deberíamos mejorar: el pensamiento de futuro, el pensamiento
sistémico y el pensamiento exponencial.
Pensamiento futuro: la capacidad de aceptar la incertidumbre y explorar, pensar y percibir futuros alternativos
Pensamiento sistémico: la habilidad de explorar el gran marco y analizar los factores e interacciones que podrían contribuir a un posible resultado
Pensamiento exponencial: la habilidad para comprender que algo muy marginal y/o pequeño hoy puede convertirse en algo destacado y muy rápidamente impactante.
Comentarios