Todo parecía indicar que el confinamiento supondría el éxito del "comercio electrónico", y así ha sido... hasta que el colapso ha llegado.
Las webs de los supermercados han recibido un 161% de su tráfico habitual. La mayoría no puede asumir el aluvión de pedidos y ha vetado o limitado sus pedidos 'online' al no ser capaces de gestionar los envíos. Ya hay listas de espera virtuales. Y hasta Amazon ha visto desbordado su servicio Prime Now…
Las webs de los supermercados han recibido un 161% de su tráfico habitual. La mayoría no puede asumir el aluvión de pedidos y ha vetado o limitado sus pedidos 'online' al no ser capaces de gestionar los envíos. Ya hay listas de espera virtuales. Y hasta Amazon ha visto desbordado su servicio Prime Now…
Estos colapsos no se deben tanto a la falta de abastecimiento como al caos surgido en la logística para realizar los envíos.
El comercio electrónico se percata, en estos momentos, de su dependencia de otros sectores (tales como la logística, por ejemplo).
La realidad siempre es el mejor campo de pruebas para afinar nuestras ideas.
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