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Relojes y cisnes negros


Los "cisnes negros" existen. Acontecimientos imprevisibles que son susceptibles, por inesperados, de dar un vuelco drástico a cualquier situación. Y los innovadores suelen estar allí para adaptarse rápida y eficazmente a la nueva situación. 

Un ejemplo de ello lo tenemos en la industria de la relojería. Todo el mundo pensaba que se iba a pique con la aparición de los relojes digitales primero y del smartwatch recientemente. Sin embargo, los números de esta industria no pueden ser mejores.

El año pasado fue el mejor en facturación de toda la historia (unos 19.000 millones de euros). Eso sí, se venden menos relojes en el rango inferior de precios y, en cambio, han aumentando el número de ventas de los relojes que cuestan más dinero, en particular aquellos que cuestan más de 3.000 francos (su venta ha crecido un 241%). 

¿La explicación? El aumento de las grandes fortunas en China, Japón, Emiratos Árabes o Arabia Saudí, y el auge de una nueva clase media, parece explicar el crecimiento de las piezas de mayor valor. Incluso muchos de estos clientes compran esos relojes para venderlos a corto y medio plazo y ganar rentabilidad.

Ahora bien, la existencia de un cisne negro, no excluye la aparición de otros cisnes del mismo color. Cuando en el sector todo parecía de color de rosa, aparece el coronavirus. La enfermedad está influyendo negativamente en las ventas de relojes suizos en todo el mundo. 

El freno que está sufriendo el turismo chino en plena celebración del Año Nuevo chino está teniendo un impacto negativo en la venta de relojes. Y en estas semanas, se produce la segunda mayor ola de compras interna de todo el año en el gigante asiático.

Los innovadores ya están diseñando la estrategia para este nuevo escenario...

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