El denominado sesgo de confirmación es uno de los principales motivos por el que las ideas equivocadas persisten en el tiempo.
Dicho sesgo es un proceso humano normal,
automático, que afecta a cualquier persona, por el que el cerebro, en un
esfuerzo por mantener su eficiencia, busca y acepta únicamente información del
entorno que demuestre que su pensamiento es correcto.
Cuando el fenómeno del sesgo de
confirmación afecta a un CEO o a un Director General, la propia viabilidad de la
empresa puede quedar afectada, pues su influencia hace que todo su círculo
promueva ese sesgo de confirmación, se cometan errores garrafales y se genere
un clima de desmotivación e indefensión aprendida.
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