Algunos estudiosos sugieren que las personas nos decantamos por tener uno de los dos tipos de mentalidad posible.
La denominada "mentalidad de soldado" supone que quien la posee se esfuerza en defender sus ideas y puntos de vista a toda costa; mientras, quienes poseen la "mentalidad de explorador" se esfuerzan en ver el mundo tan clara y objetivamente como sea posible.
La "mentalidad de soldado", muchas veces inconsciente, permite defender apasionadamente lo que tú crees que es correcto y te alienta priorizar tus valores y tus creencias. Al mismo tiempo, también anima a quien sostenga este tipo de mentalidad a descartar las evidencias que contradicen esta mentalidad y a escuchar esencialmente lo que quieres escuchar.
La "mentalidad de explorador" es siempre muy consciente y permite investigar el mundo de alrededor de una forma tan rigurosa e imparcial como sea posible, para ver qué es lo que hay verdaderamente allí y escucharlo todo.
Lamentablemente, como sociedad, damos muchas instrucciones acerca de cómo desarrollar la "mentalidad de soldado" pero poco aliento sobre cómo crear la "mentalidad de explorador".
Dado que el modo en que hablamos con los demás construye nuestra realidad social, sería conveniente que sostuviéramos nuestras creencias de una forma no tan rígida, que formulásemos más preguntas y que permaneciéramos siempre abiertos a los nuevos conocimientos, significados y a nuevas formas de ver y de entender.
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