Ecuador
es el país con más ríos por kilómetro cuadrado del planeta, pero muchas
comunidades no pueden dar de beber agua limpia a sus hijos.
Cuando
logran acceder por sí mismas al agua, todavía tienen que pensar en cómo
purificarla. Ahí es donde entran los filtros de cerámica, unos sencillos
recipientes con forma de maceta capaces de eliminar las bacterias que originan
enfermedades como la diarrea (la segunda causa de mortalidad en el mundo).
Los
filtros de barro, inventados en Guatemala en los años ochenta, han ayudado a potabilizar el agua en otros países
(Camboya, Ghana, etc.). El secreto radica en la porosidad de la pieza, que se
consigue al mezclar la arcilla con materia orgánica (cáscara de arroz o granos
de café) antes de la cocción. Al pasar el agua a través de ellos, los filtros
retienen bacterias y parásitos, purificando así el agua.
Sin
embargo, hasta ahora, estos filtros no eran capaces de eliminar los organismos
más pequeños: los virus. Y ante este colosal reto (en Ecuador el 25 % de la población no tiene acceso a agua potable) aparece una idea sorprendente y tremendamente sencilla.
A
un alfarero se le ocurrió como respuesta a respuesta para mejorar la
eliminación de virus utilizar la técnica de la cerámica negra. Esto es, hacer la
cocción del filtro en un horno vertical de leña durante 24 horas, cerrando al
final la salida de gases y provocando así una reacción química que tiñe el
barro de color negro.
De hecho, ya antiguamente, esta cerámica se utilizaba para almacenar comida y agua, así que quizá ya se
sabía que era buena para conservar porque tenía propiedades microbicidas.
Muy
pocas veces se pueden solucionar problemas tan importantes como la purificación
de un bien de primera necesidad como el agua con algo tan sencillo como es
coger barro, confeccionar la pasta, fabricar la vasija, cocerla y tener el
producto.
En
la actualidad existe un proyecto que enseñar a sea cada comunidad la que
fabrique sus propios filtros y potabilice por sí misma el agua.
He
aquí cómo una tecnología del Neolítico, la alfarería, contribuye a solucionar
un problema del siglo XXI como la falta de agua potable.
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