Todos aquellos que piensan que la risa y la diversión no tienen lugar en el serio mundo de los negocios deberían repensar esa perspectiva, en especial si la innovación es algo que está en su agenda estratégica.
Solemos tomarnos a nosotros mismos (y también a las cosas que nos rodean) demasiado en serio. Y cada vez existen evidencias más palpables y bien documentadas de la conexión entre culturas de trabajo divertidas y la presencia de innovación.
El humor es un ingrediente clave en el pensamiento creativo. Ayuda a la
gente jugar con las ideas, a disminuir su crítica interna y a ver las cosas de
nuevas maneras. El humor y la creatividad tienen que ver en el modo de mirar
sus desafíos de formas novedosas y de establecer nuevas conexiones sobre las que uno
nunca pensó antes.
Desde luego, resulta tentador pensar en que la mejor manera de hacer frente a una
carga de trabajo cada vez mayor es que todas las personas de la empresa trabajen
más y más duro. Sin embargo, sin un tiempo de descanso, el trabajo tiende a sufrir
y las personas suelen “quemarse”.
Por otro lado, fomentar el juego crea un ambiente de trabajo más alegre, donde las
personas se sienten inspiradas a tomar riesgos creativos.
He aquí 4 maneras en las que uno puede traer diversión a su lugar de trabajo y empezar a generar así una cultura más innovadora:
1. Crear un espacio de trabajo propicio para tener un poco de diversión. ¿Has
notado que las empresas más innovadoras a menudo se jactan de tener entornos de
trabajo divertidos y relajados?
Tener una mesa de billar, por ejemplo, además de propiciar un cambio de
escenario cada vez que los trabajadores necesiten un descanso, no sólo aumenta el
factor felicidad, sino que los miembros
del equipo a menudo terminan charlando de los proyectos sobre la mesa de
billar, dándoles una perspectiva nueva y fresca y a menudo llegando a una resolución de
problemas innovadora.
2. Proporcionar oportunidades para la interacción social entre los miembros de
su equipo. Ya se trate de unas cervezas después del trabajo un viernes,
poniendo un aro de baloncesto en el aparcamiento, o reservar un tiempo para "cosas
divertidas" dentro de la oficina, todas estas iniciativas suponen trabajar en una cultura de empresa que valora la diversión.
3. Fomentar el pensamiento creativo - o simplemente aligerar el ambiente de las
reuniones (hay tantas!).
4. Sacar fuera con más frecuencia al payasete que todos tenemos dentro. Tener un lugar de trabajo donde
reine el buen humor puede ser algo difícil, pero si uno puede reírse de sí
mismo, por lo general está garantizado. Y de paso modelamos lo que queremos ver
en los demás. Habitualmente, si la gente ve que el jefe tiene sentido del humor
y una risa fácil, los colaboradores suelen ser más propensos a tomar el ejemplo
de ese jefe.
Comentarios