Establecer relaciones y crear asociaciones es una de las facetas más asombrosas de la creatividad. Los mecanismos de funcionamiento son diversos y los resultados, muchas veces, espectaculares.
¿Cómo si no puede alguien pensar en relacionar las botellas de champán y las centrales eléctricas térmicas? Pues esto es lo que ha hecho un grupo de investigadores de la universidad de Tokyo y del estudio de esa relación piensan que pueden obtener ideas muy interesantes para hacer las centrales eléctricas térmicas más eficientes.
Esa creencia se sustenta al comprender el comportamiento de las burbujas que se producen al descorchar un champán, un cava o cualquier otro vino espumoso. Al parecer, el comportamienbto de las burbujas se pude producir con una teoría que es clave en la fase en que el agua pasa de líquido a gas en las centrales eléctricas.
La potencia de procesamiento de los nuevos computadores ha posibilitado observar la evolución de 700 millones de partículas y seguir sus movimientos con los 4000 procesadores del superequipo a la vez.
Esas simulaciones realizadas por ordenador les ha permitido observar y
analizar cómo las burbujas del vino espumoso realizan el proceso de
fusión o nucleación. Este mecanismo es clave para poner en marcha mejoras en la fase más
importante del funcionamiento de las centrales térmicas y aumentar
así su eficiencia.
Y es que una cosa lleva a la otra...
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