Colón es un buen ejemplo de algunas cosas que también suceden en el mundo de la innovación.
Colón persistió en su idea de encontrar una
nueva ruta hacia las Indias, pero necesitaba financiación. Su primera
opción fue el rey portugués. La respuesta que obtuvo fue tajante: NO. Lejos del desánimo, tomó
sus cartas y se presentó ante la corte castellana para solicitar los fondos necesarios para acometer su empresa. La respuesta tras muchas peripecias fue SÍ. Las condiciones del acuerdo son de sobras conocidas.
La intención del viaje era mejorar los procesos comerciales al unir dos puntos de forma más rápida. Su información de partida, con todo, no era muy fiable. Como resultado dio con algo que jamás hubiera imaginado, otro mundo. Quiso ir a un sitio y terminó en otro mucho mayor.
Esto es lo que tiene "echarse a andar".
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