La innovación tiene una parte social muy importante. ¿De qué sirve tener una buena idea si ésta no progresa, si alguien decide que no se lleve a la práctica?
Por tanto, las ideas hay que venderlas. Y esa es una parte crucial de la innovación.
Experimentos realizados en pueblos de la India donde no conocen los bancos pero necesitan microcréditos para prosperar económicamente proporcionan algunas claves que pueden ser de utilidad para vender nuestras ideas. En los experimentos citados han visto cómo lograr que las personas emprendedoras soliciten los microcréditos.
Si tenemos que vender una idea o un producto o un líder a una comunidad, la clave radica en escoger bien los primeros del pueblo al cual le venderemos nuestro producto. Una cosa está clara: las ideas y los hábitos no se extienden de forma horizontal y uniforme de tú a tú. La comunicación social es vicaria. Por eso es preciso buscar líderes de opinión, los superhubs (superconectores), de cada comunidad y comenzar por ellos.
Ten presente lo siguiente: no hablo de los jefes, son los que necesitan los que mandan para mandar.
Estas personas son tan importantes para la supervivencia de los humanos que la evolución nos ha dotado de mecanismos sutiles para poder reconocerlos instintivamente en nuestra comunidad. Si te cuesta creerlo, fíjate en este dato.
En el estudio referido, los investigadores preguntaban a la gente a quien preguntaban cuando querían mejorar alguna cosa en sus vidas o tenían algún problema. El resultado fue impresionante: en un pueblo de 1000 habitantes más de 500 personas respondían con el nombre de la misma persona. Y apenas había dos o tres superhubs más.
En conclusión, para que prospere tu idea, primero véndesela al superhub de tu departamento / empresa / comunidad.
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