El ingenio y, por extensión, la creatividad no entienden de disciplinas ni de campos marcados. Cualquier terreno es susceptible de recibirlos. Esta entrada habla de los caligramas.
Un caligrama es un texto, generalmente poético, en el que la disposición de las palabras procura representar el contenido del poema. Construido como poema visual, las letras son las formas que artista ordena en una composición especial para que adopten diversas formas, prácticamente infinitas, como lo que corresponde a lo que, en último término, es: una muestra de ingenio.
Ya desde tiempos romanos existían caligramas, luego en la Edad Media, también en épocas barrocas y así, hasta nuestros días. Quizá fuera el poeta francés, Guillaume Apollinaire quien en el siglo XX puso otra vez de moda este tipo de poemas visuales. También se dieron en todas las civilizaciones, no sólo en las occidentales. Desafortunadamente la mayor parte de ellos han sido destruidos...
Todo ello muestra que el ingenio no es privativo de una época ni de un pueblo. El ingenio ha existido siempre, lo mismo que siempre ha existido también el sentido estético. De hecho, la aplicación de estas dos cualidades humanas son las que dan como resultado el caligrama.
Los caligramas, sin embargo, siempre han sido denostados, menospreciados y contemplados como un género "de relleno" dentro del canon literario predominante, repleto siempre de exclusiones y de descalificaciones.
Tal vez en el fondo siempre haya existido algo de miedo o de prevención ante la mezcla de las artes. Y eso que muchos caligramas son verdaderas obras de arte e incluso se especula que tal vez fueron escritos por alguno de los grandes artistas de las distintas épocas. Aunque desgraciadamentre la mayoría de estas manifestaciones son anónimas y, en algunos casos, la firma es colectiva asociada a algún centro estudiantil o a la Universidad.
Los hay de todos tipos: acrósticos, laberintos de letras y de números, sonetos radiales, pirámides, túmulos, cruces, banderas... Todos ellos verdaderos juegos de ingenio.
La creatividad no conoce de fronteras.
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