La
mejor manera de relacionarnos con nuestro cerebro es inspirarlo. Dado
que el cerebro comprende cada pensamiento, palabra y acto, la lista de cosas en
cada uno de los epígrafes que a continuación se exponen es extensa pero vale la pena prestar atención a ella. Examina cuál
de los siguientes se aplica a tu caso.
¿Cómo
inspirar al cerebro?
- Cuida el estrés.
- Evite el embotamiento de la rutina.
- Haz algo creativo todos los días.
- Lee poesía, cosas de autoayuda o cualquier otra cosa que te levante la moral.
- Resérvate tiempo para estar en la naturaleza.
- Vincúlate con personas que sean reconfortantes.
- Presta atención a ser feliz.
- Asegúrate de dedicarte un tiempo cada día a ti mismo para relajarse, meditar y auto- reflexionar.
- Gestiona las emociones negativas como la ira y la ansiedad.
- Céntrate en actividades que te hagan sentirte satisfecho.
- Dar lo máximo de ti mismo.
- Sigue una visión personal.
- Vincúlate a una causa que sea más grande que tú.
- Asume riesgos.
Cómo
ignorar al cerebro
- Sigue haciendo las cosas "a tu manera".
- No mires más allá de tus opiniones y de tus gustos.
- Aíslate de los demás.
- Da las relaciones por sentado.
- Concibe el pasado como el mejor momento de tu vida.
- Olvídate de tener ideales.
- Actúa sobre impulsos egoístas.
- Déjate llevar por la ira y por la ansiedad.
- Asume que siempre estás en lo cierto.
- Evita cualquier cosa nueva o desafiante.
- Vive estresado.
- No adoptes riesgos emocionales.
La diferencia entre estas dos listas es bastante drástica. En el primer caso, te estás acercando el cerebro como si tuvieras un gran potencial sin explotar. En el segundo, asumes que el cerebro funciona en modo "piloto automático".
El cerebro es infinitamente adaptable. Se convierte en lo que nosotros esperamos que sea. De modo que la forma en la que nos relacionamos con nuestro cerebro nunca es pasiva, siempre le estamos dando instrucciones para que funcione de una manera determinada. Todo el paquete de creencias, expectativas, gustos y fobias que tenemos dentro están generando el cambio - o bloqueándolo - a nivel de los circuitos cerebrales.
Por
descontado, es mejor inspirar al cerebro en lugar de ignorarlo. Su potencial es demasiado
valioso para perderlo.
Quizás
el primer paso para una mejor relación con nuestro cerebro sea darnos cuenta de
que tenemos una relación con él. Una
vez que nos percatamos de ello, podemos optar por prestar atención a esa
relación y nutrirla adecuadamente.
Lamentablemente
estas claves las desconocen muchas personas. No es tu caso si has leído hasta
aquí.
Aprovecha
entonces todo el potencial de tu cerebro.
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