Probablemente el principal elemento que más frena la creatividad es nuestra propia actitud. La actitud viene muchas veces determinada por una serie de pensamientos - recurrentes casi siempre - que nos decimos a nosotros mismos y que llegan a constituir una "verdad absoluta". Piensa por un momento en la influencia que puede ejercer un pensamiento como el que sigue: "Yo no soy una persona creativa". Determinante, ¿no te parece?
Pero ¿podemos cambiar nuestros pensamientos? La neurobiología señala taxativamente que sí. La clave al parecer está en la plasticidad de nuestro cerebro. La plasticidad es la capacidad de modificar, y la conducta es muy modificable.
El trabajo que cada uno de nosotros tiuene ante sí consiste en persistir en una modificación dado que el sistema nervioso se modifica por repetición. Es algo similar a lo que sucede con un deportista que mejora sus prestaciones a base de entrenamiento continuo, repitiendo una acción hasta la saciedad.
El uso repetido de una conexión sináptica, entre dos células nerviosas, produce lo que se denomina potenciación de larga duración, que se asocia con el aprendizaje y la memoria. Es un fenómeno electrofisiológico que conduce a cambios morfológicos. Una cosa que es fisiología, actividad eléctrica, produce una modificación anatómica.
Gracias a la constancia, a la repetición, un contacto pequeño entre dos células nerviosas se puede hacer más grande, más eficaz. Si para comunicar una célula con otra hace falta 1 picovoltio [una billonésima de voltio], cuando la comunicación está ‘potenciada’ con 0,1 ya sería suficiente. Eso quiere decir que con una señal mucho más pequeña se producen resultados incluso más grandes que antes de potenciarse.
Modifica tus pensamientos y cambiarás los resultados.
Pero ¿podemos cambiar nuestros pensamientos? La neurobiología señala taxativamente que sí. La clave al parecer está en la plasticidad de nuestro cerebro. La plasticidad es la capacidad de modificar, y la conducta es muy modificable.
El trabajo que cada uno de nosotros tiuene ante sí consiste en persistir en una modificación dado que el sistema nervioso se modifica por repetición. Es algo similar a lo que sucede con un deportista que mejora sus prestaciones a base de entrenamiento continuo, repitiendo una acción hasta la saciedad.
El uso repetido de una conexión sináptica, entre dos células nerviosas, produce lo que se denomina potenciación de larga duración, que se asocia con el aprendizaje y la memoria. Es un fenómeno electrofisiológico que conduce a cambios morfológicos. Una cosa que es fisiología, actividad eléctrica, produce una modificación anatómica.
Gracias a la constancia, a la repetición, un contacto pequeño entre dos células nerviosas se puede hacer más grande, más eficaz. Si para comunicar una célula con otra hace falta 1 picovoltio [una billonésima de voltio], cuando la comunicación está ‘potenciada’ con 0,1 ya sería suficiente. Eso quiere decir que con una señal mucho más pequeña se producen resultados incluso más grandes que antes de potenciarse.
Modifica tus pensamientos y cambiarás los resultados.
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