Ir al contenido principal

Los componentes de un clima creativo


Un clima puede ser contemplado como los diversos aspectos de la atmósfera psicológica de un equipo y del entorno de la organización que lo rodea. El clima a menudo transmite expectativas acerca de qué comportamientos y actitudes son aceptables. En el campo de investigación de la creatividad ha habido muchos intentos de conceptualizar la idea de un clima "creativo", es decir, un clima que facilite resultados que sean creativos. 

A lo largo de los años, se han propuesto muchos componentes de un clima creativo: el grado de libertad individual, la seguridad psicológica, el apoyo y las relaciones positivas entre los miembros del equipo, la visión proporcionada por los supervisores, el estímulo creativo, claridad de la misión, los recursos disponibles, e incluso la alegría. 

Por mi parte, quiero destacar seis componentes de un clima creativo que considero los más críticos a la hora de predecir resultados creativos e innovadores.  

1. Desafiar 

Tener tareas y metas complejas, desafiantes e interesantes, estimular la motivación intrínseca (que constituye un componente esencial de la creatividad). Conviene advertir que las tareas y metas no deben ser demasiado abrumadoras, porque en ese caso se corre el riesgo de que el reto se convierta en un obstáculo, en algo asfixiante e incida en la motivación. 

2. El debate intelectual 

Cuando se trabaja con tareas complejas y desafiantes, a menudo aparecen los problemas. La naturaleza de estos problemas resulta a menudo novedosa a las personas que los afrontan y compleja dado que pueden resolverse de diferentes maneras. Para que un proyecto pueda seguir adelante, deben escucharse muchos puntos de vista  y la gente debe sentirse lo suficientemente segura para que presenten sus mejores ideas. En las organizaciones donde no hay debate, las personas tienden a adherirse a lo que está "probado y es verdadero" como forma esencial de hacer las cosas. En otras palabras, a la aplicación de las viejas soluciones a los nuevos problemas.

3. La flexibilidad y la toma de riesgos 

Una realidad insoslayable de los esfuerzos creativos es que son inherentemente inciertos. A menudo, no existe ninguna información válida que nos diga que una idea o una innovación garantice el éxito. Incluso una idea creativa puede no ser lo suficientemente práctica para verse transformada en una mejora, en un nuevo producto, servicio o proceso. Por tanto, el riesgo es inherente a la innovación. La investigación muestra que tolerar el riesgo, no minimizarlo, es la mejor estrategia. Consecuentemente, resulta crucial que las organizaciones acepten y permitan que los riesgos, fomenten la experimentación y el fracaso. 

4. Apoyo de la alta dirección 

Otro componente destacado de un clima creativo es la percepción de apoyo por parte de la alta dirección. Un apoyo al comunicar las normas que fomentan la innovación, el riesgo y la experimentación. Lo mismo sucede con la cantidad de recursos que la alta dirección esté dispuesta a conceder para apostar por la innovación tales como el dinero, el tiempo y los medios. Si los recursos no están disponibles, los empleados suelen ir más allá de esa retórica del aliento, y percibirán que sus esfuerzos son socavados.

5. Relaciones positivas con el jefe inmediato 

El apoyo a las nuevas ideas por parte del supervisor o jefe de equipo es fundamental para el desarrollo y la aplicación de estas ideas. Especialmente de los líderes que apoyen, escuchen y den retroalimentación a las ideas, y toleren un cierto grado de experimentación. Por otra parte, los líderes debieran reconocer públicamente y premiar los esfuerzos creativos.

6. Intercambio interpersonal positivo 

El último componente destacado para propiciar un clima creativo es la alegría. Cuando los miembros del equipo experimentan una sensación de "estar juntos" que parte de poseer un objetivo común, estos querrán cooperar eficientemente por un beneficio mutuo. Ello aumentará el rendimiento del equipo, así como también el desempeño individual. Con el aumento de la comunicación, se facilita la unión, lo que permitirá contar con diferentes perspectivas y mantener el conflicto a distancia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trazar diagonales

Examinar los cruces , escrutar las confluencias , pensar en la transversalidad . Al igual que en una red los puntos de mayor fortaleza son los nodos existentes entre las cuerdas , los espacios comunes que se dan en disciplinas aparentemente inconexas son las zonas donde se encuentran las mayores posibilidades para que las ideas y la creatividad puedan fluir y expresarse en su máxima potencia.

Crear un ambiente de pensamiento

Si aquellas personas que tienen a su cargo a otras personas trabajaran en una empresa de ambiente de pensamiento , sabrían que, tan  pronto cómo abriesen la puerta de su oficina por las mañanas, la gente estaría interesada en lo que ellos (los jefes) realmente piensan que son los desafíos pequeños y grandes. Esto es lo que plantea Nancy Klein creadora y pionera del desarrollo de la teoría y el proceso del ambiente de pensamiento , un modelo que permite a las personas convertir sus equipos, organizaciones y relaciones en ambientes de reflexión , en el cual las personas en todos los niveles de la empresa, pueden pensar por sí mismos con rigor, imaginación y coraje.  Con ello, la autora quiere desterrar el concepto de trabajadores pasivos, que no se atreven a decir lo que piensan por temor crear conflictos. El resultado después de instaurar este ambiente es más creatividad y más innovación .  Para lograr

La historia de los Lacasitos

Hablar de las conocidas grageas de chocolate con leche cubiertas por 150 capas de azúcar de siete colores diferentes (blanco, rojo, marrón, azul, verde, amarillo y naranja) es hablar de innovación.  Aunque mucha gente piensa que se trata de un plagio de los Smarties (a los que sí parece que plagió M&M's), el invento en cuestión (1982) procede de cuando los hermanos Lacasa – propietarios de una empresa centenaria fabricante de turrones – probaron los Lenti , un producto de chocolate del tamaño de una lenteja, en un viaje a Italia.  A la vuelta, pensaron en hacer un producto similar en su fábrica de Utebo (Zaragoza). Los hermanos Lacasa convencieron al maestro chocolatero de la casa italiana, Romano Quianelli, para que se fuera con ellos. Era 1979. Primero presentaron un producto parecido al actual en una Feria Internacional y tras el éxito cosechado siguieron mejorando su receta hasta la que conocemos actualmente. En quién se inspiró Quianelli para crear un ch