La seda tejida por las arañas tiene un diámetro de alrededor de un micrómetro y es cinco veces más resistente que el acero para el mismo espesor. Puede alargarse hasta 4 veces su longitud inicial y es tan ligera que el tejido necesario para dar la vuelta al mundo pesaría únicamente 320 gramos.
Como en muchos otros materiales biológicos. la superioridad de la tela de araña se encuentra en su composición química y en su microestructura.
El material base es la queratina, una proteína, bloque básico del pelo, las plumas, las uñas y la piel, capaz de otorgarle dicha elasticidad.
En el conducto por el que pasa la seda antes de salir del cuerpo de la araña, las células especializadas eliminan agua de la proteína líquida, y los átomos de hidrógeno del agua se bombean a otra parte del conducto donde se crea un baño ácido.
Cuando las proteínas de la seda entran en contacto con este ácido, se pliegan y forman puentes que endurecen la seda y dan lugar a un material mucho más resistente y elástico que el "kevlar".
De hecho, si el plegado de las proteínas se pudiese conseguir sin defectos en la misma zona en la que lo hace la araña, se podrían producir industrialmente trenzados basados en seda con propiedades desconocidas entre los materiales artificiales.
Y en ello están los expertos. Imitar la naturaleza siempre ha sido una fuente de inspiración para encontrar nuevas y, muchas veces, revolucionarias ideas.
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