En una investigación llevada a cabo a nivel mundial por la agencia Gallup, se formuló a 180.000 personas la siguiente pregunta: En el día a día, ¿realizas el trabajo en el eres bueno?. Al vincular las respuestas a esta pregunta con los datos de rendimiento de las unidades de negocio para las que estas personas trabajaban, emergieron interesantes tendencias.
Por ejemplo, cuando los empleados respondieron a la pregunta "Totalmente de acuerdo" existía:
- Un 50 % más de probabilidades de que esa persona estuvieran trabajando en una unidad de negocio con una rotación de personal baja
- Un 38 % más de probabilidades de que estuviera trabajando en una de las unidades de negocio más productiva de la empresa
- Un 44 % más de probabilidades que estuvieran trabajando en una unidad de negocio donde los niveles de satisfacción fueran elevados.
Y estas tendencias persistían en una investigación realizada posteriormente. En las unidades de negocio que tuvieron éxito al mejorar sus resultados de productividad y de satisfacción al cliente, y tenían una rotación baja, la mayoría de los empleados había respondido a la cuestión planteada con un "totalmente de acuerdo".
Todo parece indicar, por consiguiente, que los empleados hacen mejor su trabajo si hacen uso de sus fortalezas. Las malas noticias, sin embargo, muestran, en un estudio de seguimiento realizado también por Gallup, que únicamente el 17 % de los empleados tenían el sentimiento de hacer uso pleno de sus fortalezas a lo largo de la jornada laboral.
Merece la pena detenerse a pensar en que sucedería con la creatividad y con la innovación si las empresas fueran capaces de elevar ese porcentaje sólo hasta el 30 % (¡y no digamos al 60%!).
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