El cerebro siempre precisa de estímulos y percepciones nuevas y, no cabe duda, el viajar las proporciona.
Viajar nos mantiene despiertos y pendientes de algo y, además, lo hace de modo placentero. Es toda una renovación fisiológica del cerebro.
Por otra parte, viajar implica estimular la capacidad de adaptarse a los cambios, a los imprevistos. Nos obliga a salir de nuestra tendencia a anclarnos en lo conocido, en el pasado.
Es bien sabido que romper rutinas establece nuevas conexiones entre las neuronas.
Viajar es alimentar la curiosidad y, por lo tanto, una vía hacia la creatividad.
Comentarios
La búsqueda de información que pueda ser de utilidad y el diseño de lo que va a ser la ruta principal, del viaje, enriquecen mis fantasías.
Para muchas personas planificar un viaje es acto de creación muy divertido.
Carmen