En las empresas, tener un falso sentido de urgencia provoca que se den muchas actividades improductivas que al final hacen que las personas tengan ansiedad, energía negativa e incluso ira. Por descontado, estos sentimientos destruyen la creatividad y la innovación.
Cuando el sentido de la urgencia es adecuado, la organización tiende a unirse y es más probable que la innovación aparezca.
Esto no resulta sencillo. Se precisa de un esfuerzo importante y de una gran coordinación. Los procesos generados deben fomentar el trabajo en equipo y alimentar y fomentar el intercambio de ideas.
A partir de estas premisas, es más probable que los diferentes departamentos y las distintas personas de esa organización se vean a sí mismos como miembros de un equipo de innovación que abarca a toda la empresa.
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