Muchas veces todo va bien hasta que los equipos o las personas tenemos que enfrentaros a la falta de recursos. Esa es la cruda realidad. Ante esa situación, solemos optar por dos caminos bien diferentes.
Hay quien modera sus ambiciones y piensa en pequeño, mientras que otros se embarcan la lucha por obtener más recursos (lo que a menudo suele ser un largo proceso y muy politizado).
Pocas personas, optan por una tercera vía. La vía de la creatividad: concentrarse en cómo multiplicar el valor de los recursos disponibles.
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