Implica dejar cocer el problema a fuego lento y dedicarnos a otras cuestiones mientras el subconsciente, poco a poco, hace su trabajo.
Al erradicar la implicación directa con el problema, suspendemos la emisión de juicios y posibilitamos que el problema pueda pasar a través de los diversos estados de la mente. En la base de esta técnica, se encuentra el incontrovertible hecho de que disponer de más tiempo para meditar redunda en una mayor experiencia perceptiva (aunque ésta sea inconsciente).
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En otro momento, probablemente en el menos esperado, empezarán a aflorar soluciones.
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