ROBERT MOOG, cuyos sintetizadores electrónicos transformaron la música popular en los años sesenta, comparte un aspecto distintivo con otros inventores de instrumentos como ADOLPHE SAX y LEO FENDER. Las creaciones de MOOG, como las de estos dos últimos, se impusieron. Pero hay muchos instrumentos que nunca encontraron un mercado.
"El terreno de la innovación de instrumentos es increíblemente conservador" afirma un experto. La galaxia de los instrumentos fallidos incluye el sarrusofón, un competidor del saxo del siglo XIX, y el guitórgano, una guitarra eléctrica con un amplificador que reproducía sonidos de órgano.
En el campo de MOOG hubo numerosos fracasos, incluido el novachord, uno de los primeros sintetizadores, creado alrededor de 1940 por Hammond Instruments Company. Con 169 tubos de aire, era difícil mantenerlo en buen funcionamiento.
Los sintetizadores de MOOG eran mucho más fiables y emitían tonos que pronto popularizó el rock. Otra clave para el éxito de MOOG es que siempre incluía un teclado para que los músicos se sintieran más cómodos con un instrumento que, aparte de eso, consistía en tubos y botones.
Con un nuevo instrumento, elegir el momento oportuno puede serlo todo. Por ejemplo, durante mucho tiempo después de su invención en 1841, el saxo sólo se utilizó en bandas militares. La gran fiebre del saxofón en realidad comenzó con el desarrollo del idioma jazz y sus orquestas. Los sintetizadores de MOOG encontraron a un público preparado para el movimiento psicodélico de los años sesenta.
Aquella cultura estaba lista para sonidos espaciales y extraños.
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