Te puede gustar su música o no gustar, pero no cabe duda de que estamos ante un genio.
Taylor Swift lleva diez años como referencia absoluta en la industria musical y con sólo 35 años de edad ya es una de las artistas que más ha vendido en la historia (junto a Michael Jackson, Madonna, Elvis o Frank Sinatra).
Sus estrategias empresariales y de marketing han sido y siguen siendo totalmente innovadoras y, obviamente, constituyen la base de su éxito. He aquí las más relevantes:
Identificación de mercados no explotados: la artista reconoció oportunidades en segmentos desatendidos del mercado musical, lo que le ha permitido ampliar su base de seguidores.
Creación de fidelidad: ha puesto en juego diversas tácticas para fortalecer la lealtad de sus seguidores, estableciendo conexiones más profundas y duraderas con su audiencia.
Paranoia productiva: Ha mantenido una vigilancia constante sobre las tendencias y los cambios en la industria, adaptándose proactivamente para mantenerse relevante.
Adaptación a cambios radicales en plataformas: Se ha ajustado con muchísima eficacia a las transformaciones en las plataformas de distribución musical, asegurando su presencia y éxito continuos en el mercado.
Todo ello la ha convertido en una figura que trasciende mucho más allá del ámbito artístico. Una innovadora con todas las letras.
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