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El desacuerdo constructivo


El desacuerdo constructivo es el factor de predicción más importante de la capacidad de innovación de un equipo. 

La discrepancia constructiva no es más que la capacidad de un equipo para participar respetuosamente en el intercambio de puntos de vista contradictorios. Existen diversas formas de alimentar la disensión constructiva y liberar todo el potencial innovador de un equipo:

1) Hacer que la disensión constructiva sea un objetivo explícito. Dejar espacio para que todo el mundo pueda hablar, mostrar curiosidad haciendo preguntas, escuchar para saber en lugar de para responder...

2) Acordar unas "reglas de convivencia" y comprometerse a respetarlas. 

3) Potenciar una profunda confianza y tolerancia a la franqueza (radical candor)

4) Asignar ciertos roles para practicar la disidencia constructiva. El "abogado del diablo", el defensor del punto de vista de los demás, etc.

Desbloquear la innovación a partir de perspectivas diversas es la esencia de la disensión constructiva. Como norma o patrón de comportamiento compartido aúna la abrasión creativa, la colaboración social y la regulación emocional. 

Si un equipo no encuentra la forma de poner en marcha una disensión constructiva, se limitará a mantener el "statu quo". Pero si lo logra, esa norma liberará la capacidad innovadora del equipo.

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