Siempre que se pierden vidas humanas, estamos hablando de algo trágico. Sin duda. No obstante, aunque nos cueste ahora apreciarlo, el coronavirus tiene un lado positivo. Este contagio, como todos los demás de la historia, provocará una ola de innovación que será proporcional a la forma en que el virus altera a la sociedad.
Desde la Antigüedad siempre ha sucedido así. Tras una epidemia (algunas de las cuales llegó a costar millones de vidas) siempre se altera la forma en que vivimos y funcionamos lo cual lleva a la innovación a facilitar los cambios que hemos realizado en nuestras vidas.
Las pandemias catalizan la innovación y aceleran el cambio al proporcionar un entorno para lanzar y probar nuevas ideas. El coronavirus de hoy ya está cambiando las normas culturales y comerciales, sacudiendo el núcleo de lo que hemos dado por sentado durante décadas y siglos. El simple
acto de un apretón de manos se está convirtiendo cada vez más en una reliquia, incluso cuando nos lavamos las manos quirúrgicamente una docena de veces al día.
acto de un apretón de manos se está convirtiendo cada vez más en una reliquia, incluso cuando nos lavamos las manos quirúrgicamente una docena de veces al día.
Trabajar desde casa ya existía, pero el coronavirus está acelerando la inclinación de muchas empresas por el teletrabajo. Todo ello producirá muchos cambios en los lugares de trabajo que afectaran al trabajo en equipo, a la productividad, a la colaboración, a la comunicación...
¿Has visto lo que ha sucedido con la empresa Zoom? Se ha disparado en bolsa, incluso hoy. Algo está queriendo suceder.
Estas transformaciones impactaran en la forma en que pensamos sobre las interacciones y la colaboración en el negocio inmobiliario y en el de oficina, lo cual llevará a un conjunto de innovaciones que trataran de facilitar estas tendencias en evolución y hacerlas permanentes.
No debería extrañarte pues si los historiadores mencionan al coronavirus como la chispa de un cambio social a largo plazo.
Comentarios