El modo de abordar muchos de los problemas actuales recuerda a un antigua adivinanza infantil que relataban en algunos lugares.
Hay seis pescadores cuyos sedales están liados de manera que forman una especie de laberinto. Uno de los sedales ha pescado un pez; el problema es encontrar a qué pescador corresponde.
Muchos niños suponen que la manera de afrontar el desafío es seguir cada sedal a través del laberinto. Evidentemente, este proceder puede llevar seis intentos según la suerte que se tenga.
Desde luego, es mucho más sencillo empezar con el otro extremo y seguir el sedal desde el pescado hasta llegar al pescador. De esta forma, solo se tiene un punto de partida y no seis.
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