En relación a la escucha es muy frecuente que uno se valore a sí mismo mejor de lo que lo hacen quienes nos rodean. Es la denominada "ilusión de superioridad".
Por eso, innovar resulta tan difícil en determinadas culturas.
¿Qué se puede hacer entonces? Sencillamente, cambiar los hábitos conversacionales que permitan a las personas de una determinada organización hablar claro y en voz alta.
Y después, desde luego, lograr que las personas con poder en esas organizaciones sean muy conscientes de las señales que emiten y de su tolerancia al disentimiento.
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