Esta semana ha actuado en mi ciudad, Wayne Shorter, uno de los grandes del jazz. Preguntado en una entrevista acerca de qué es el jazz responde: "Para mí, jazz significa no temer nada. Y esto remite directamente a la fe, a la fe en uno mismo y a la fe en que las cosas pasen".
"Para mí - continúa la entrevista - la palabra jazz también tiene otro significado: buscar siempre la innovación, aquello que no está establecido".
Wayne Shorter no tiene ni idea de qué interpretará en cada concierto. Los temas de sus álbunes son un punto de partida, desde luego, pero no un guión. Con su grupo, desarrollan el repertorio de cada concierto sobre la marcha. De hecho, hace ya tiempo que ni siquiera ensayan de cara a los conciertos.
Este proceder, en su criterio, potencia la improvisación y un cierto sentido del riesgo.
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