Cierta empresa estableció una práctica por la que solicitaba a los empleados que mantuviesen un cierto desorden de papeles en las mesas de sus despachos.
El objetivo era atraer a las personas. Al dejar el trabajo visible y accesible, ellos pensaban que sería más probable que los demás se preguntasen qué era todo eso, que tomaran interés y que se implicasen en el trabajo del colega.
En todas aquellas áreas donde se requieren de distintas cabezas para resolver los problemas, este enfoque puede resultar beneficioso.
La empresa a la que hago referencia - del sector informático para más señas -es (¿curiosamente?) una de las organizaciones más reputadas por sus enfoques innovadores y creativos.
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