Es probable que conozcas esta anécdota. Es muy conocida. Aunque nunca la he compartido en este blog.
Cuando la Revolución Industrial estaba en su máximo esplendor, Henry Ford, presidente de la Ford Company, estaba siendo demandado por un periodista por difamación. Durante el juicio, el abogado del periodista intentó desacreditar a Ford y su innovador automóvil, sugiriendo que los caballos eran más seguros que los automóviles y que Ford estaba arruinando la industria de los coches de caballos.
Se dice que la respuesta ingeniosa de Ford fue la siguiente: "Si hubiera preguntado a la gente qué querían, habrían dicho que querían caballos más rápidos".
Sin embargo, en lugar de aceptar esa respuesta, Ford se propuso redefinir completamente el concepto de transporte presentando al mundo el automóvil, al que aún atribuimos la potencia media en caballos.
Esta anécdota se ha utilizado a menudo para ilustrar la idea de que la innovación a menudo va más allá de simplemente preguntar a la gente qué quieren, ya que a menudo pueden no ser capaces de visualizar nuevas posibilidades o tecnologías.
No pocos historiadores sugieren que esta anécdota podría ser apócrifa y que no existen pruebas concretas de que Ford haya pronunciado estas palabras exactas durante el juicio. Sin embargo, la historia persiste como un ejemplo popular de la mentalidad innovadora de Ford.
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