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Mostrando entradas de marzo, 2015

Cuestión de modas

Numerosos turistas visitan Barcelona, la ciudad en la que vivo, atraídos por las casas modernistas. De hecho, una de las rutas más comerciales es la que se denomina Ruta del Modernismo. Hasta los propios ciudadanos nos hemos unido en el reconocimiento a las magistrales obras de este peculiar estilo arquitectónico.   Poca gente, en cambio, conoce que el Modernismo tuvo un tiempo que fue un estilo muy denostado. De hecho, los principales edificios de la ciudad que tenían esta tendencia fueron injuriados y mutilados al considerarse aberraciones arquitectónicas.  Efectivamente, las nuevas tendencias (el Novecentismo) fueron muy virulentas con el Modernismo, al que vino a suceder. Se consideraba de mal gusto las representaciones más llamativas del movimiento ahora denostado, y muchas tiendas y comercios fueron transformados y reformados con una forma más austera, discreta y aburrida.  Durante muchos años, ni siquiera el mismísimo Gaudí se salvó del desprecio generaliza

Frase para recordar

"Ser vulnerable no es una debilidad.  Ese es un mito extremadamente peligroso.  La vulnerabilidad es el lugar desde el cual nace la creatividad, la innovación y el cambio". Brene Brown

Taller con Tim Gallwey

“ Tengo una mente estructurada y matemática” , “Tengo que tener todo analizado. Ahora no tengo tiempo”, “Tengo miedo a parecer estúpido”, “Tengo miedo al ridículo”, “Los demás me dirán que es una locura”, “Tengo que tener certeza de que debe funcionar”, “Los demás pondrán pegan a mis iniciativas”... Ese es el ranking, en orden de importancia, que me comentaron los participantes a un curso cuando les hice reflexionar sobre las creencias más frecuentes que tenían en relación a la creatividad. ¿Puedes imaginarte el impacto que tener tales creencias ejerce en el comportamiento y en la creatividad? Muy importante, por supuesto. Tim Gallwey, uno de los referentes mundiales, habla de la trascendencia de dominar primero "el juego interior" para relacionarse con más efectividad con el mundo y conseguir así mejores resultados. Si estás intesado en profundizar en este tema, en saber cómo trabajar tus patrones, en dominar "tu juego interior" se te presenta

Desorden y creatividad

La gente desordenada tiende a decir que en su desorden existe un sistema y que ellos saben dónde tienen cada cosa. Muchos incluso subrayan que ese caos les ayuda a pensar y a trabajar.  Por descontado, seguro que hay personas que saben dónde está cada cosa dentro de su desorden. Aunque esto no es algo que pase siempre. También está la cuestión de que el orden de cada uno es algo muy subjetivo, ya que donde uno ve desorden es posible que existan ciertas normas en lo que aparentemente pueda verse como un caos. Ahora bien, ¿existe algún vínculo entre el desorden y la creatividad? Muchos investigadores han trabajado para encontrar respuestas a esta pregunta. Al parecer, además de que este orden interno que con frecuencia suele existir entre un desorden aparente, tener las cosas fuera de su sitio puede estimular la creatividad porque el sistema es abierto y se presta a “surfear” buscando salidas, creaciones, soluciones, caminos. Eso sí, aunque las personas crea

El peligro de las asunciones

Hace unas décadas, la aviación norteamericana desarrolló un dispositivo para probar la resistencia del cristal del parabrisas de los aviones. Un método muy creativo, sin duda. El dispositivo consistía en un tipo de cañón que disparaba un pollo muerto al cristal del avión. El tiro era exacto y reproducía la velocidad con la que un ave puede impactar en un avión en pleno vuelo. Si el parabrisas superaba la prueba del impacto del pollo, entonces soportaría la presión del impacto con un pájaro en un vuelo real. El dispositivo funcionó perfectamente en todas las pruebas que se efectuaron en Estados Unidos. Estudiosos técnicos de una empresa española que estaban desarrollando una locomotora para el AVE se interesaron por el cañón de los pollos pensando en aplicar la idea al parabrisas del nuevo tren. Y decidieron incorporarlo a sus pruebas. Al primer tiro, el pollo reventó el cristal frontal del tren, rompió el cuadro de instrumentos, perforó el asiento del ingeniero, hirió a d